En la antigüedad los esclavos no tenían libertad corporal pero conservaban su vida interior. No estaban despersonalizados.
Actualmente hay una nueva forma de esclavitud: el estar atado a las drogas, en donde la propia persona es la que paga por ser esclavo.
Paraná no es ajena a este flagelo social. Los jóvenes son los más afectados por su consumo.
Esto nos obliga, como sociedad, a generar estrategias de prevención para evitar la expansión de este flagelo en nuestra sociedad que cada vez perjudica a más familias.
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